Contáctanos Síguenos Veterinary Medicine Instagram
Suscríbete
Volumen 9, número 1
Ago / Sep 2014 . vol. 9 / núm. 1

Diagnóstico y manejo de problemas comunes relacionados con la edad en perros y gatos mayores

Identificando los puntos de referencia del envejecimiento de manera rutinaria a través de pruebas de tamizaje de bienestar en animales mayores.

Por William D. Fortney, DVM

ARTÍCULO



William Fortney, DVM

El envejecimiento en perros y gatos se vincula con deterioro gradual y progresivo en los delicados sistemas corporales, que finalmente resulta en modificaciones anatómicas y funciones fisiológicas disminuidas. En determinada etapa de la declinación progresiva, se llega a un “punto crítico”, donde todas las reservas fisiológicas se agotan, lo cual ocasiona parámetros biológicos alterados; cambios manifiestos en las pruebas diagnósticas de tamizaje; y/o el inicio de signos clínicos de enfermedad relacionados con la edad. Estos puntos cuantificables se conocen como los puntos de referencia del envejecimiento. De manera usual, estos cambios progresivamente lentos en los sistemas orgánicos son sutiles; son desapercibidos o malinterpretados por el propietario, hasta que el paciente es estresado por alguna enfermedad sin relación, hospedaje, medicaciones o anestesia general. Estos cambios cardinales se identifican cada vez más de manera rutinaria a través de pruebas de tamizaje de bienestar en animales mayores, validando aún más el valor de tales protocolos de pruebas estandarizadas.

Las decisiones respecto a terapéuticas, protocolos anestésicos, estrategias de manejo del dolor y aspectos de calidad de vida específicos, dependen de una variedad de “puntos de referencia” fisiológicos en declive. El conocimiento y la plena comprensión del nivel de declive fisiológico de cada sistema orgánico determinan cómo se debe manejar cada paciente. Además, de una historia clínica completa y de un examen físico relacionado con la edad, la valoración del nivel de declive fisiológico en cada sistema orgánico requiere de evaluaciones diagnósticas. La interpretación precisa del urianálisis y de los paneles de hematología y bioquímica del paciente resulta en datos utilizados para auxiliar en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de diversas enfermedades. En combinación con las técnicas apropiadas de imágenes y otras de diagnóstico avanzado, facilitará presuntamente la identificación temprana, tanto del declive fisiológico como de otros estados patológicos. Tres libros de referencia gerontológica, que todo mundo debe considerar para su biblioteca, incluyen J Hoskins, Geriatrics and Gerontology of the Dog and Cat, 2a. ed.; Veterinary Clinics of North America, 2005 Geriatrics Ed; y U Mohr, WW Carlton, DL Dungworth, Pathobiology of the Aging Dog (vols. 1 y 2).

Los cambios generalizados vinculados con el envejecimiento comprenden resequedad de todos los tejidos, degeneración progresiva de la función orgánica, hipoxia tisular, alteraciones de la membrana celular, sistemas enzimáticos disminuidos, menor competencia inmunológica y alteraciones definitivas de la personalidad.

De acuerdo con un estudio de la Morris Animal Foundation for Animals, las 10 causas más comunes de mortalidad en perros mayores son cáncer, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal, epilepsia, enfermedades hepáticas, hinchazón, diabetes, choque, enfermedad de Cushing y enfermedades inmunomediadas. Lo 10 motivos más usuales de muerte en gatos mayores son cáncer, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal, diabetes mellitus, FIP, FIV, FeLV, hipertiroidismo e infecciones. El conocimiento de los signos iniciales de alerta de las 10 enfermedades que ponen en riesgo la vida en mascotas mayores, alerta a los propietarios y al personal para impedir riesgos para la salud de manera oportuna. Además, la lista resulta valiosa en determinar qué pruebas específicas deberán incluirse en su programa de tamizaje de salud de la “atención a los mayores”.

Alteraciones en la termorregulación
En el perro mayor, la termorregulación eficaz se encuentra disminuida. Su menor capacidad para jadear, gasto cardiaco reducido, combinados con vasodilatación ineficaz, hace que los perros mayores se encuentren predispuestos al golpe por calor. Por el contrario, los pacientes mayores son más susceptibles a las temperaturas ambientales frías. Tal intolerancia al frío, relacionada con la edad, se atribuyen a tasa metabólica reducida, menor gasto cardiaco, disminuciones en la vasoconstricción periférica, además de menos grasa subcutánea en muchos casos. La intolerancia al frío también puede ser un signo predominante de hipotiroidismo, mucho antes de modificaciones en la piel y el pelaje.

La respuesta resultante a las “temperaturas ambientales bajas” puede manifestarse como aspectos conductuales incluyendo reclusión, temblores y rehusarse a salir para orinar, y/o disturbios en el ciclo del sueño. Además, de cambios ambientales y de la evaluación tiroidea, las camas cálidas y las prendas para exteriores pueden ayudar a aliviar algunas de las conductas anormales, al tiempo que aumentan el bienestar de los animales.

Pérdida de masa muscular
¡La pérdida de la masa y del funcionamiento de los músculos es inherente al envejecimiento! La pérdida progresiva de la masa muscular se relaciona con una combinación de inactividad (desuso), junto con una reducción en la cantidad de células musculares a causa de fibrosis, atrofia y menor sensibilidad al ATP. Resulta más evidente la atrofia de los músculos semimembranoso, semitendinoso, bíceps femoral y cuádriceps. Los músculos esqueléticos actúan como las reservas de aminoácidos (AA) del cuerpo a largo plazo para la síntesis de proteínas del tejido corporal. De manera ocasional, la atrofia adicional de músculo puede atribuirse también a menor proteína dietaria a partir de dietas “por prescripción” con menos proteína. Cuando el paciente enfrenta una insuficiencia dietaria de aminoácidos esenciales se ve forzado a catabolizar sus reservas de proteínas, principalmente el músculo esquelético. Por desgracia, esta emaciación muscular iatrogénica puede ser responsable o puede exagerar cualquier debilidad o cojera preexistentes en las extremidades posteriores. Entonces, la consecuente dificultad para subir escaleras, brincar o levantarse puede confundirse con síntomas de artritis, con la atrofia por desuso correspondiente. En caninos, en el manejo de la debilidad muscular generalizada y en condiciones de emaciación muscular, independientemente de la causa, se ha apoyado una mayor proteína dietaria (aminoácidos esenciales), combinada con un sensible programa de ejercicios, además del uso de esteroides anabólicos en casos extremos. Aunque faltan estudios, el empleo de suplementos a base de creatinina/fosfocreatinina también puede estar indicado para el “rescate” de los músculos emaciados.

Crea una cuenta o inicia sesión para leer todo el contenido, ¡es gratis!