Una mejor caminata: entrenando perros para no jalonearse, gruñir y jalar una correa
Los propósitos de año nuevo implican con frecuencia hacer más ejercicio y esto incluye también a los perros. Pero la reactividad en una correa es un problema común haciendo menos probable para los propietarios para que salgan con sus perros. Este plan de entrenamiento paso por paso le ayudará a sus propietarios a activar el control y disfrutar caminar con sus perros de nuevo.
ENTRENAMIENTO CON CORREA
Los propósitos de año nuevo implican con frecuencia hacer más ejercicio y esto incluye también a los perros. Pero la reactividad en una correa es un problema común haciendo menos probable para los propietarios para que salgan con sus perros. Este plan de entrenamiento paso por paso le ayudará a sus propietarios a activar el control y disfrutar caminar con sus perros de nuevo.
Wayne Hunthausen, DVM
El perro de la señora G, Tommy, tenía cada vez más sobrepeso. Él pesaba cinco kilos más que la última vez que lo vi y por lo menos 10 kilos más de lo que debería pesar. “Tommy debe olvidarse de los bocadillos de media noche” le dije, “pero igual de importante, necesita hacer más ejercicio”.
La señora G pareció afligida, así como preocupada. “Yo sé que él necesita más ejercicio” dijo ella, “y quiero sacarlo más veces. Pero él es un gran muchacho y no lo puedo controlar cuando lo llevo con una correa. Él ladra y se jalonea de manera constante a todo lo que él ve. Es tan incómodo.”
La señora G no está sola en su dilema. La reactividad de una correa es un gran problema de conducta canina común y con frecuencia es estresante para los propietarios. Puede ser ocasionado por una variedad de problemas subyacentes, incluyendo agresión, temor, desobediencia, conducta solicitando juego o entrenamiento inadecuado. El problema puede tratarse por lo general con éxito si los propietarios tienen el compromiso, herramientas e información correcta para hacer bien el trabajo. A continuación, se delinea un plan típico que utilizo para abordar este problema.
Panorama del entrenamiento
El propósito de estos ejercicios es darles a los propietarios más control sobre sus perros durante las caminatas y reemplazar el jaloneo, ladridos o conductas agresivas o temerosas con conductas calmadas, tranquilas y relajadas. El entrenamiento a una distancia más allá del umbral de respuesta (véase “Respuesta a umbrales de distancia”) es absolutamente necesario. Los perros son menos manejables y tienen dificultades de aprender cuando son estimulados.
Los propietarios necesitan permanecer tan relajados como sea posible y pensar en estos ejercicios como juegos en los cuales participan sus perros. Si la agresión es una parte de la conducta reactiva del perro, la persona que sale a pasear un perro es responsable por la seguridad de los demás y debe asegurarse que las correas y bozales estén asegurados y de que no hay oportunidad de contacto físico con otros perros o personas.
Preparación
Antes que comience el proceso de condicionamiento social al perro se le debe enseñar a venir, sentarse, permanecer con una correa. Este entrenamiento tal vez requiera del auxilio de un entrenador privado, ya que estos perros por lo general no se comportan bien en una situación de clase. Debe resaltarse que a través del proceso completo de entrenamiento, solamente deben utilizarse los tipos de reforzamiento positivo de técnicas de entrenamiento.
A continuación, los propietarios necesitan enseñarles a sus perros que ellos son los que están con el control. Al establecer límites, el propietario obtendrá un mejor cumplimiento y dependencia de las órdenes. Esto puede lograrse al iniciar una estructura social o de un programa “nada es gratis en la vida”.
Como parte de este programa, los propietarios deberán pedirle a los perros que se sienten antes de obtener algo que necesite o desee, el perro deberá ser ignorado cuando demande atención y al perro deberá solicitársele con frecuencia que permanezca sentado antes de permitirle que siga a los propietarios alrededor de la casa o patio, o antes de salir del hogar. Durante el entrenamiento todas las órdenes deberán darse en un tono de voz alegre y relajado.
Si la agresión forma parte de la conducta reactiva de un perro, la persona que pasea al perro es responsable de la seguridad de los demás y debe asegurarse de que la correa se encuentra asegurada y de que no hay oportunidad de contacto físico con otros perros o personas.
Herramientas
Además de tener un plan de condicionamiento social (véase “Fase 1: Contracondicionamiento a distancia” más adelante para empezar el plan de entrenamiento), otras herramientas que los propietarios necesitarán cuando entrenen a sus perros en contra de conductas reactivas, son los reforzadores positivos e instrumentos para mantener el control físico (por ejemplo, una correa apropiada).
Reforzadores. Los propietarios deben determinar los alimentos más deseados por el perro (por ejemplo, bocadillos muy apetecibles para perros, hígado desecado congelado, pollo o pavo cocido, queso, salchicha de pavo libre de grasa) y darles ése alimento solamente durante el entrenamiento de condicionamiento social y de obediencia. Es de ayuda decir siempre una palabra o frase específica, tal como “buen perro” conforme el alimento se proporciona. Al asociar con frecuencia palabras específicas con alimento, las palabras pueden utilizarse como reforzadores relativamente intensos aun cuando no haya alimento.