 
            Hipertensión pulmonar canina, parte 2: diagnóstico y tratamiento
Alguna vez, una sentencia de muerte, la hipertensión pulmonar canina ya no representa tal pronóstico grave -en parte, debido a herramientas diagnósticas avanzadas y a la disponibilidad del tratamiento con sildenafilo.
ARTÍCULO ARBITRADO
Alguna  vez, una sentencia de muerte, la hipertensión pulmonar canina ya no  representa tal pronóstico grave -en parte, debido a herramientas  diagnósticas avanzadas y a la disponibilidad del tratamiento con  sildenafilo.
Rebecca L. Quinn, DVM, DACVIM (medicina interna), y Justin G. Williams, DVM, DACVIM (cardiología)
La hipertensión pulmonar ahora se está diagnosticando en perros con frecuencia relativa.1  Para ayudarle a manejar esta enfermedad alguna vez diagnosticada de  manera no frecuente, en este artículo revisamos cómo diagnosticar y  tratar la hipertensión pulmonar canina -y cuál es el pronóstico para  perros con este trastorno.
Para comprender mejor este síndrome  complejo, asegúrese primero de leer el primer artículo de esta serie,  “Hipertensión pulmonar canina: Una revisión a fondo de su fisiopatología  y clasificación”. 
DIAGNÓSTICO
Existen  varios objetivos al diagnosticar hipertensión pulmonar. El primero  consiste en identificar la causa o causas subyacentes de la hipertensión  pulmonar y asignarle una clasificación clínica al paciente. El segundo  es cuantificar el grado de hipertensión pulmonar, con base en los signos  clínicos y en los resultados de las pruebas diagnósticas. El tercero es  valorar la disfunción hemodinámica. Y el cuarto es decidir acerca de la  mejor opción de tratamiento para el paciente.
Características e historia clínica
Gran  parte de los perros con hipertensión pulmonar son de raza pequeña y  edad media a mayor, lo cual coincide con la alta prevalencia de  hipertensión pulmonar en pacientes con enfermedad degenerativa de la  válvula mitral.2 Los clientes se quejan más a menudo de intolerancia al ejercicio, así como de tos y disnea y síncope.3  Estos signos ocurren debido a que la hipertensión pulmonar induce  transporte de oxígeno alterado, menor gasto cardiaco e hipotensión  sistémica, resultado por vasodilatación sistémica y llenado incompleto  de los ventrículos derecho e izquierdo. Los signos también pueden  presentarse como resultado de una causa subyacente de hipertensión  pulmonar, tal como la enfermedad pulmonar intersticial.
Hallazgos al examen físico
Los  hallazgos al examen físico pueden incluir un soplo cardiaco o un sonido  S2 desdoblado. El sonido cardiaco S2 se relaciona normalmente con el  cierre de las hojuelas de las válvulas aórtica y pulmonar. También se ha  informado de sonidos pulmonares anormales, ascitis y cianosis.2-5
Resultados de la patología clínica
Dada  la vasta variedad de condiciones subyacentes que pueden conducir a  hipertensión pulmonar, es recomendable una evaluación de laboratorio a  fondo. Deberán realizarse conteo sanguíneo completo, perfil químico  sérico, prueba de antígeno para gusano del corazón y urianálisis, para  ayudar a evaluar enfermedades sistémicas que puedan predisponer a los  perros a hipertensión pulmonar. En caso de estar así indicado con base  en los signos clínicos, los resultados del examen físico y los  resultados de las pruebas de laboratorio, los pacientes se pueden  beneficiar de los perfiles de coagulación, concentraciones de dímero D y  pruebas endocrinas.
Biomarcadores
Los  biomarcadores, tales como el péptido natriurético cerebral (BNP, por  sus siglas en inglés) y las troponinas cardiacas, pueden ser de utilidad  adicional en diagnosticar pacientes con hipertensión pulmonar.
El BNP es una hormona que se libera a partir del miocardio ventricular en respuesta a estrés o tensión.6  Aunque el BNP se depura con rapidez de la circulación y es difícil de  determinar, la degradación del BNP produce un fragmento -NT-proBNP- que  permanece en la circulación por más tiempo y que puede determinarse con  éxito. De manera tradicional, NT-proBNP se ha utilizado en pacientes  veterinarios como un medio no invasivo de determinar el motivo  subyacente de dificultad respiratoria. 
Estudios más recientes  han demostrado que los valores de NT-proBNP son mayores en perros con  hipertensión pulmonar clase clínica III, que en pacientes con enfermedad  respiratoria sin hipertensión pulmonar relacionada, que en aquellos con  hipertensión pulmonar moderada a severa con base en la presión arterial  pulmonar, o en aquellos con hipertensión pulmonada clase clínica I,  III, IV o V.2,7 En personas con hipertensión pulmonar, los  valores de NT-proBNP se correlacionan con la supervivencia y pueden  ayudar a predecir el pronóstico del paciente.8
Las  troponinas y proteínas cardiacas son liberadas por el miocardio  ventricular como resultado de lesión y necrosis en las células  miocárdicas.9 Las concentraciones de troponina cardiaca I  están aumentadas de manera común en perros con hipertensión pulmonar  clases clínicas I, II, III o IV.10
Radiografías torácicas
Las  radiografías torácicas no son específicas para la hipertensión  pulmonar, pero pueden demostrar hallazgos que la apoyen. Dependiendo de  la causa subyacente de hipertensión pulmonar, pueden ser evidentes  cardiomegalia, crecimiento cardiaco del lado derecho o dilatación de la  arteria pulmonar. En casos de insuficiencia cardiaca congestiva,  neumonía o neoplasia, puede haber infiltrados pulmonares. En pacientes  con enfermedad por gusano del corazón, las arterias pulmonares pueden  ser tortuosas (Figuras 1A y 1B).
Electrocardiografía
El  electrocardiograma (ECG) es una prueba no específica para la  hipertensión pulmonar y con baja sensibilidad. El ECG puede ser normal o  demostrar desviación del eje derecho o un patrón de crecimiento del  corazón del lado derecho.
 
                    