Contáctanos Síguenos Veterinary Medicine Instagram
Suscríbete
Volumen 9, número 3
Dic / Ene 2015 . vol. 9 / núm. 3

Los efectos tóxicos del disulfotón en mascotas

Un vistazo al manejo del caso de un cobrador dorado de cuatro años con letargia, vómito y diarrea debidos a la ingestión de un insecticida organofosforado.

Por Helen Myers, DVM

CASO DE TOXICOLOGÍA

Helen Myers, DVM

Cassidy, una hembra esterilizada Golden retriever, de cuatro años de edad jugaba en el jardín, mientras que su propietaria lo arreglaba. Luego de casi una hora de arreglar el jardín, la propietaria observó que Cassidy temblaba muy intensamente y que apenas podía caminar. Cassidy tenía hilos de saliva proveniente de su boca y empezó a tener diarrea acuosa. En el automóvil, camino a la clínica veterinaria, Cassidy vomitó algo. Para el momento en que llegaron a la clínica, Cassidy  estaba débil y no podía levantarse.

Un vistazo a las toxinas potenciales
A la mente vinieron cuatro agentes de exteriores, como posibles formas de toxicosis:

  • Pesticidas del tipo organofosforados.
  • Metaldehído, para acabar con las babosas de jardín.
  • Micotoxinas que ocasionan temblores a partir de alimento mohoso.
  • Hongos de patio: especies de Amanita, hongos con psilocibina.

 

La propietaria recordó haber tratado sus rosas, hace casi un mes antes, con un fertilizante que establecía que podría también controlar a los áfidos. La propietaria también recordó haber esparcido algunos gránulos para las babosas unas cuantas semanas antes. Llamó a su casa y encontró que el fertilizante contenía disulfotón a 1% y que la carnada para babosas y caracoles que había utilizado también contenía metaldehído a 2%. La propietaria no había visto que Cassidy ingiriera algo, ya que estaba entretenida con las rosas.

Pasos diagnósticos iniciales
Al examen físico, Cassidy se encontraba en bradicardia (frecuencia cardiaca = 53 latidos/minuto), babeando profusamente y taquipnéica (frecuencia respiratoria = 60 respiraciones/minuto) con disnea moderada y sonidos pulmonares húmedos. Todavía temblaba y no era capaz de levantarse. Su temperatura era de 40.8 C. Así mismo, había vomitado varias veces y tenía diarrea sanguinolenta luego de que se tomó su temperatura.

Una revisión de los tóxicos sospechosos reveló que el disulfotón es un insecticida organofosforados, con un margen de seguridad estrecho. Aunque los signos que Cassidy había experimentado eran consistentes con todos los tóxicos sospechosos enlistados antes, la bradicardia solo se observa de manera usual con los organofosforados.

Se colocó un catéter intravenoso y se obtuvieron muestras sanguíneas para el tratamiento y se colocaron en tubos de ensayo con tapa morada y roja. Se instituyó fluidoterapia.

Al laboratorio se enviaron muestras de sangre para un conteo sanguíneo completo, un panel de electrolitos y un perfil químico sérico, junto con el tubo con la tapa morada (EDTA) para determinar la concentración sanguínea de la acetilcolinesterasa. Los resultados anormales se citan en el Cuadro 1.

Crea una cuenta o inicia sesión para leer todo el contenido, ¡es gratis!