Infecciones por céstodos: algunas presentaciones inusuales.
Gran parte de las infecciones por céstodos en perros y gatos tan sólo ocasionan signos leves y son de fácil manejo. Pero, aquí están algunas excepciones de las cuales los clínicos deben estar alertas.
Gran parte de las infecciones por céstodos en perros y gatos tan sólo ocasionan signos leves y son de fácil manejo. Pero, aquí están algunas excepciones de las cuales los clínicos deben estar alertas.
Lora R. Ballweber, DVM, MS
Todos los céstodos de perros y gatos tienen un ciclo de vida indirecto. El huésped definitivo es el huésped en el cual los céstodos maduran, se reproducen y generan huevos. El huésped intermediario es aquel en el cual se desarrolla la forma de metacéstodo (inmaduro) del parásito. El huésped definitivo se infecta al ingerir al huésped intermediario, en tanto que el huésped intermediario se infecta al ingerir huevos de un ambiente contaminado por el huésped definitivo. En general, los perros y gatos sirven como huéspedes definitivos, aunque los metacéstodos pueden desarrollarse en ocasiones dentro de ellos.
ESPECIES DE TAENIA: CISTICERCOSIS
Existen más de 60 especies de Taenia a nivel mundial, muchas de las cuales tienen huéspedes definitivos en cánidos y félidos. Para gran parte de las especies de Taenia en los Estados Unidos, el huésped definitivo doméstico son los perros y los gatos (Cuadro 1).
Los ciclos de vida de las especies de Taenia son sencillos. Los proglótidos grávidos se liberan del céstodo y se diseminan en las heces, los huevos se liberan del segmento, ya sea al viajar por el tracto digestivo o después de que son eliminados en las heces.
Estos huevos son ingeridos por el huésped intermediario; el embrión se libera y migra a su sitio de desarrollo y se transforma en metacéstodo. Cuando el huésped intermediario es ingerido por el huésped definitivo, el metacéstodo se libera, el escólex se embebe en la mucosa del intestino delgado y el cuello empieza a crecer formando proglótidos. El periodo prepatente por lo general es de 5 a 12 semanas dependiendo de las especies. No se sabe con certeza cuánto sobrevivirán los céstodos sin tratamiento, pero se ha informado que Taenia taeniaeformis permanece patente en gatos hasta por 34 meses.
Las infecciones intestinales tienden a ser no patógenas; por lo general, las infecciones se diagnostican cuando se encuentran huevos de proglótidos en las heces; mediante la técnica de flotación fecal. El praciquantel, epsiprantel y febendazol están aprobados para el tratamiento de infecciones por especies de Taenia en perros y gatos.
Sin embargo, los perros y gatos pueden desarrollan cisticercosis como resultado de la infestación con Taenia crassiceps.1,2 El metacéstodo de esta especie de cestodo es un cisticerco proliferativo que se desarrolla de manera asexual por medio de gemación (Figura 1). En consecuencia, la ingestión de un organismo o de unos cuantos organismos puede resultar en infestaciones masivas. En perros se ha documentado cisticercosis intraperitoneal, intrapleural, intracardiaca, intracraneal (también en gatos), y subcutánea; gran parte de ellas resultan mortales.1-3 Se desconoce él porque estos animales desarrollan cisticercosis; sin embargo, se piensa que un sistema inmunológico inadecuado participa de manera importante.2-4 La vía de infección también resulta especulativa; se han propuesto la ingestión de huevos a partir del ambiente, la autoinfección a través de huevos provenientes de céstodos grávidos dentro del intestino delgado y la ingestión de cisticercos en huéspedes intermediarios. Los huevos, ya sean ingeridos del ambiente o a través de la autoinfección, se consideran como la fuente más probable.
La cisticercosis relacionada con T. crassiceps también puede afectar a las personas. Aunque la fuente de infección (cánidos silvestres versus domésticos) por lo general se desconoce, por lo menos se ha ligado un caso a un perro de familia.5-8
Los perros también pueden desarrollar cisticercosis como resultado de una infestación por Taenia solium. Aunque actualmente en Estados Unidos es poco común, este parásito es responsable de la cisticercosis cerebral de personas en varias zonas del mundo. En estas mismas áreas, los perros también pueden infectarse al ingerir huevos. En caso de que el cisticerco se localice en el cerebro, el perro puede presentar una conducta agresiva. En países en vía de desarrollo, donde la rabia es endémica, la conducta agresiva a menudo es una evidencia suficiente para el diagnóstico de rabia, resultando en eutanasia. Por tanto, de manera errónea se puede pensar que los perros con cisticercosis pueden tener rabia. Mientras que la neurocisticercosis canina debida a T. solium no se ha reconocido bien en los Estados Unidos, pero si existe en México; donde varios grupos de rescate viajan para traer de regreso perros a los Estados Unidos. Las recomendaciones actuales de tratamiento incluyen albendazol y prednisona.